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jueves, 16 de mayo de 2013

DIA INTERNACIONAL DE LA LIBERTAD DE PRENSA


La batalla por la defensa de la Libertad de Prensa es librada a diario y de ella se obtienen triunfos, pero también derrotas. Lo importante es el balance final
Ayer, 3 de mayo, se ha conmemorado el Día Mundial de la Libertad de Prensa y de Expresión. Tal como viene ocurriendo desde que en 1993 la Asamblea General de las Naciones Unidas a iniciativa de los países miembros de la Unesco así lo resolviera, la jornada ha sido dedicada a recordar la importancia de proteger los derechos fundamentales que son la libertad de expresión y la libertad de prensa. De lo que se trata es que no sólo sean los directamente involucrados con la causa, como periodistas y medios de comunicación, sino la ciudadanía en general la que refuerce sus convicciones sobre el derecho a hacer conocer libremente sus opiniones e inquietudes, sin que por ello sea objeto de presiones o represalias.
Además de la temática general, cada año se pone énfasis en algún aspecto de la causa. El tema de este año es “Hablar sin riesgo: Por el ejercicio seguro de la libertad de expresión en todos los medios”. Es decir, lo que se pretende es ratificar la convicción de que la libertad de expresión es el pilar sobre el que se sostienen todas las demás libertades, por lo que cualquier acción que vaya en menoscabo de ésta es, en el fondo, un atentado contra todas las demás.
Para reafirmar tan importante idea, el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, y la Directora General de la Unesco, Irina Bokova, en un mensaje conjunto proclaman que, como “Derecho fundamental de por sí, la libertad de expresión crea, además, las condiciones necesarias para la protección y promoción de todos los demás derechos humanos. Pero no se ejerce automáticamente; requiere un entorno seguro propicio para el diálogo en el que todos puedan hablar libre y abiertamente, sin temor a represalias”.
Y es precisamente al llegar a ese punto, el relativo a la necesidad de un entorno seguro propicio para el libre desempeño de las labores periodísticas y el pleno ejercicio de los derechos a la libre expresión y a la libre información, que la situación en Bolivia tiende adquirir un aspecto preocupante. Es que por séptimo año consecutivo, nuestro país ha seguido cayendo a un ritmo vertiginoso en todos los parámetros aplicados para evaluar estado de la libertad de prensa. Es el caso, entre otros, del ranking elaborado por Reporteros Sin Fronteras (RSF), según cuyo más reciente informe Bolivia volvió a bajar su calificación llegando al puesto 109 de 179 países. Caída que se hace más notable si se la contrasta con la situación de 2005, cuando nuestro país se ubicaba entre los primeros 50 países del mundo.

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